El suculento sabor de los pistachos se equilibra con la ralladura de limón y la albahaca en esta salsa veraniega de sabor fresco. El pesto de pistacho es algo dulzón y queda ideal combinado con verduras asadas. También te animo a probarlo con pollo o cordero asado, en una pizza, como dip para verduras frescas, con tomates y, como no, con pasta, bien de calabacín u otra hortaliza, o incluso de trigo sarraceno.
Esta receta cunde mucho, pero podrás guardarla hasta 4 semanas en la nevera. Si quieres evitar que el pesto se decolore, echa una fina capa de aceite de oliva por encima. También podrás congelarlo; a mí me gusta hacerlo en bandejas para hacer cubitos de hielo. Una vez congelados, pásalos a una bolsa de congelación y podrás usar tantos como necesites.
- 80 gramos de hojas de albahaca fresca (aproximadamente un manojo grande)
- 120 gramos de pistacho crudo pelado
- 4-5 dientes de ajo
- 1 cucharadita de ralladura de limón ecológico
- 40 gramos de Parmigiano-Reggiano, rallado (opcional)
- 1 cucharadita de sal
- 200 ml de aceite de oliva virgen extra
- Pon todos los ingredientes, menos el aceite de oliva, en una batidora de vaso o procesador de alimentos. Empieza a triturar, añadiendo el aceite de oliva en un hilo, hasta que forme una pasta suave y homogénea, parando para bajar lo que se haya quedado en las paredes del vaso.
- Prueba el pesto y rectifica de sal, si fuera necesario.
- Utiliza el pesto con espaguetis de calabacín. Para ello, prepara los espaguetis como explico en este post.
- Calienta una sartén a fuego medio y echa un tercio del pesto. Añade los espaguetis de calabacín y 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Remueve todo bien para que se impregne totalmente la pasta.
- También puedes hacerlo con fideos de trigo sarraceno.